UN POTENTE ALIADO PARA NUESTRO CORAZÓN
Los frutos secos pueden convertirse en uno de los principales aliados de los vegetarianos a la hora de obtener grasas de origen no animal, que además disponen de excelentes propiedades cardiosaludables. Se trata de semillas oleaginosas cubiertas con una cáscara de dureza variable que proceden de determinadas plantas.
Entre los frutos secos más consumidos encontramos las nueces, los piñones, las pipas, los anacardos, las almendras, las avellanas, las castañas, los pistachos, entre otras variedades, todas ellas bajas en hidratos de carbono –excepto las castañas-, con alto contenido en agua, fibra, minerales, sobre todo, fósforo, y aceites vegetales. También podemos incluir en este grupo a los cacahuetes, por el tipo de nutrientes que posee, a pesar de que pertenece a la familia de las plantas leguminosas.
Por su importante cantidad de proteína vegetal, constituyen productos fundamentales para el vegetariano, ya que puede recurrir a ellos a la hora de suprimir los alimentos de origen animal, ricos en proteínas.
100 gramos de almendras, avellanas, cacahuetes o nueces representan entre 600 y 700 calorías de valor energético. La misma cantidad de pistachos supone 580 calorías, las pipas de girasol, 535, y las castañas, apenas llegan a las 200 -aunque en el caso de las castañas, éstas poseen un importante contenido en carbohidratos-. Su poder energético difiere mucho de unas variedades a otras, pero es importante destacar que es energía de calidad, con ácidos grasos esenciales para el organismo.
Un consumo moderado no sólo garantizamos una dieta mediterránea equilibrada, sino que aseguramos una buena cantidad de nutrientes beneficiosos para la salud. Y en el caso de los vegetarianos, los frutos secos constituyen un alimento imprescindible en una dieta con tantas limitaciones.
Los frutos secos pueden convertirse en uno de los principales aliados de los vegetarianos a la hora de obtener grasas de origen no animal, que además disponen de excelentes propiedades cardiosaludables. Se trata de semillas oleaginosas cubiertas con una cáscara de dureza variable que proceden de determinadas plantas.
Entre los frutos secos más consumidos encontramos las nueces, los piñones, las pipas, los anacardos, las almendras, las avellanas, las castañas, los pistachos, entre otras variedades, todas ellas bajas en hidratos de carbono –excepto las castañas-, con alto contenido en agua, fibra, minerales, sobre todo, fósforo, y aceites vegetales. También podemos incluir en este grupo a los cacahuetes, por el tipo de nutrientes que posee, a pesar de que pertenece a la familia de las plantas leguminosas.
Por su importante cantidad de proteína vegetal, constituyen productos fundamentales para el vegetariano, ya que puede recurrir a ellos a la hora de suprimir los alimentos de origen animal, ricos en proteínas.
Valor energético
La grasa poliinsaturada que posee este tipo de alimentos constituye una fuente de energía primordial, a veces incluso más potente que la de la carne. Eso implica, a su vez, que poseen un importante valor calórico que hace que muchas personas los eviten por miedo a engordar.100 gramos de almendras, avellanas, cacahuetes o nueces representan entre 600 y 700 calorías de valor energético. La misma cantidad de pistachos supone 580 calorías, las pipas de girasol, 535, y las castañas, apenas llegan a las 200 -aunque en el caso de las castañas, éstas poseen un importante contenido en carbohidratos-. Su poder energético difiere mucho de unas variedades a otras, pero es importante destacar que es energía de calidad, con ácidos grasos esenciales para el organismo.
Un consumo moderado no sólo garantizamos una dieta mediterránea equilibrada, sino que aseguramos una buena cantidad de nutrientes beneficiosos para la salud. Y en el caso de los vegetarianos, los frutos secos constituyen un alimento imprescindible en una dieta con tantas limitaciones.